Jóvenes, cosmética y redes sociales
Desde Stanpa no podemos ser ajenos a una realidad social como es el uso que puedan hacer los jóvenes de las redes sociales, especialmente si está relacionado con el consumo de cosméticos, y apelamos de manera generalizada a un consumo consciente, informado, responsable y sostenible.
La responsabilidad y educación en el uso de las RR.SS. es esencial, especialmente en el caso de los más pequeños, por eso cada vez más agrupaciones de madres, padres y profesores abogan por reducir el uso de las plataformas móviles en los colegios o el uso masivo de los filtros estéticos en los selfies que pueden dañar la autoestima de jóvenes y adolescentes.
El cada vez mayor conocimiento sobre cosmética y la dermofarmacia en particular, incluso por parte de los más jóvenes, contribuye a un uso más adecuado y eficaz de los cosméticos. Los niños están cada vez más acostumbrados, y concienciados, en la importancia de la fotoprotección y la hidratación de la piel, sin que eso conlleve problema alguno en su relación con la cosmética. No existe per se una vinculación entre el consumo de cosméticos y la alteración de su conducta, lo que viene sucediendo en los casos que desde hace unas semanas mencionan los medios de comunicación es un uso inadecuado de estos productos por parte de un segmento de la población, altamente influenciado por lo que ven en plataformas como Tik Tok sin ningún tipo de control. Por cuestiones evidentes, una crema antiedad no es apropiada para la piel de un niño, pero sí lo puede ser un hidratante labial infantil para hidratar unos labios secos. Es importante remarcar que, actualmente, muchos jóvenes ya cuidan adecuadamente su piel porque disponen de más información que hace unas décadas, y acuden a los especialistas a solicitar consejo y recomendación si necesitan llevar un tratamiento específico para afecciones como acné, patologías cutáneas, etc. Por supuesto, en estos casos, el uso de cosméticos debe estar pautado y recomendado por su dermatólogo.
La seguridad del consumidor ha sido siempre, y es, máxima prioridad para la industria cosmética. Las empresas del sector son las primeras interesadas en que los cosméticos sean empleados para aquellos usos y fines para los que han sido diseñados y, de hecho, destinan importantes recursos formativos y humanos para que los consumidores sean debidamente asesorados e informados.
La responsabilidad y educación en el uso de las RR.SS. es esencial, especialmente en el caso de los más pequeños, por eso cada vez más agrupaciones de madres, padres y profesores abogan por reducir el uso de las plataformas móviles en los colegios o el uso masivo de los filtros estéticos en los selfies que pueden dañar la autoestima de jóvenes y adolescentes.
El cada vez mayor conocimiento sobre cosmética y la dermofarmacia en particular, incluso por parte de los más jóvenes, contribuye a un uso más adecuado y eficaz de los cosméticos. Los niños están cada vez más acostumbrados, y concienciados, en la importancia de la fotoprotección y la hidratación de la piel, sin que eso conlleve problema alguno en su relación con la cosmética. No existe per se una vinculación entre el consumo de cosméticos y la alteración de su conducta, lo que viene sucediendo en los casos que desde hace unas semanas mencionan los medios de comunicación es un uso inadecuado de estos productos por parte de un segmento de la población, altamente influenciado por lo que ven en plataformas como Tik Tok sin ningún tipo de control. Por cuestiones evidentes, una crema antiedad no es apropiada para la piel de un niño, pero sí lo puede ser un hidratante labial infantil para hidratar unos labios secos. Es importante remarcar que, actualmente, muchos jóvenes ya cuidan adecuadamente su piel porque disponen de más información que hace unas décadas, y acuden a los especialistas a solicitar consejo y recomendación si necesitan llevar un tratamiento específico para afecciones como acné, patologías cutáneas, etc. Por supuesto, en estos casos, el uso de cosméticos debe estar pautado y recomendado por su dermatólogo.
La seguridad del consumidor ha sido siempre, y es, máxima prioridad para la industria cosmética. Las empresas del sector son las primeras interesadas en que los cosméticos sean empleados para aquellos usos y fines para los que han sido diseñados y, de hecho, destinan importantes recursos formativos y humanos para que los consumidores sean debidamente asesorados e informados.
En la Unión Europea, la fabricación y venta de productos cosméticos están reguladas por estrictas leyes de seguridad (Reglamento sobre productos cosméticos de la UE). Este reglamento define las pautas normales de uso para los cosméticos, donde precisamente se hace referencia a que el uso de productos antiedad por niños no es apropiado. La piel del niño tiene características distintas a la de un adulto y debe cuidarse de un modo especial, empleando productos diseñados específicamente para la piel joven. Un producto antiedad está específicamente diseñado para una piel madura, por lo que no tiene ningún beneficio para una piel infantil. Desde Stanpa recomendamos adoptar hábitos sencillos de cuidado como el lavado y cepillado dental regular y proteger la piel del sol.
La publicidad desempeña un papel crucial al proporcionar información sobre nuevos productos y su uso. Es esencial que sea clara y transparente para el consumidor, ayudándoles a tomar decisiones basadas en información relevante y apropiada. Las marcas cosméticas trabajan su publicidad de manera exhaustiva, asegurando que se dirige a un público adulto en el caso de productos como los antiedad.
Autorregulación de la publicidad de productos cosméticos dirigida a niños y adolescentes
La industria cosmética está comprometida con una comunicación comercial y publicitaria responsable en jóvenes y menores. Por ello, en 2012, Cosmetics Europe y sus miembros, incluido Stanpa, lanzaron una “Guía de principios para una publicidad y comunicación de marketing responsables”, que establece requisitos específicos para los anuncios dirigidos a niños, incluso en redes sociales. Con el objetivo de dar un paso más en este compromiso adquirido, en 2015, Stanpa aprobó un “Código de Autorregulación para la Comunicación Responsable del Sector de la Perfumería y la Cosmética”, aceptado por todas las empresas que integran la asociación y abierto a la adhesión de cualesquiera otras empresas del sector que lo deseen. Precisamente, la sensibilidad respecto a poblaciones vulnerables, como la infantil, se aborda en el artículo 2.2.2 (c), que dicta que la publicidad no debe incitar a un uso inadecuado de los productos cosméticos en este tipo de poblaciones y no debe promover una sexualización temprana de los jóvenes. Concretamente:
(a) La publicidad debe fomentar los beneficios higiénicos y sanitarios de los productos cosméticos para los niños, en particular los productos de protección solar, los productos de cuidado bucal y los productos de limpieza (incluidos el jabón, los champús y los productos para cubrir el acné de los adolescentes).
(b) La publicidad de cosméticos decorativos y perfumes no debe incitar a los niños al uso excesivo de tales productos.
(c) La publicidad de productos cosméticos, incluidas las imágenes, no debe promover la sexualización precoz de los jóvenes.
Stanpa y Autocontrol colaboran activamente bajo un convenio que permite articular un mecanismo para el control del cumplimiento y la aplicación del “Código de Comunicación Responsable”, asumiendo Autocontrol esta función de control.
La publicidad desempeña un papel crucial al proporcionar información sobre nuevos productos y su uso. Es esencial que sea clara y transparente para el consumidor, ayudándoles a tomar decisiones basadas en información relevante y apropiada. Las marcas cosméticas trabajan su publicidad de manera exhaustiva, asegurando que se dirige a un público adulto en el caso de productos como los antiedad.
Autorregulación de la publicidad de productos cosméticos dirigida a niños y adolescentes
La industria cosmética está comprometida con una comunicación comercial y publicitaria responsable en jóvenes y menores. Por ello, en 2012, Cosmetics Europe y sus miembros, incluido Stanpa, lanzaron una “Guía de principios para una publicidad y comunicación de marketing responsables”, que establece requisitos específicos para los anuncios dirigidos a niños, incluso en redes sociales. Con el objetivo de dar un paso más en este compromiso adquirido, en 2015, Stanpa aprobó un “Código de Autorregulación para la Comunicación Responsable del Sector de la Perfumería y la Cosmética”, aceptado por todas las empresas que integran la asociación y abierto a la adhesión de cualesquiera otras empresas del sector que lo deseen. Precisamente, la sensibilidad respecto a poblaciones vulnerables, como la infantil, se aborda en el artículo 2.2.2 (c), que dicta que la publicidad no debe incitar a un uso inadecuado de los productos cosméticos en este tipo de poblaciones y no debe promover una sexualización temprana de los jóvenes. Concretamente:
(a) La publicidad debe fomentar los beneficios higiénicos y sanitarios de los productos cosméticos para los niños, en particular los productos de protección solar, los productos de cuidado bucal y los productos de limpieza (incluidos el jabón, los champús y los productos para cubrir el acné de los adolescentes).
(b) La publicidad de cosméticos decorativos y perfumes no debe incitar a los niños al uso excesivo de tales productos.
(c) La publicidad de productos cosméticos, incluidas las imágenes, no debe promover la sexualización precoz de los jóvenes.
Stanpa y Autocontrol colaboran activamente bajo un convenio que permite articular un mecanismo para el control del cumplimiento y la aplicación del “Código de Comunicación Responsable”, asumiendo Autocontrol esta función de control.