Deberá aparecer el nombre o la razón social y la dirección de la persona responsable (dirección física, no se admite un correo electrónico). En el caso de cosméticos importados deberá figurar también el país de origen.

En el etiquetado deberá figurar el contenido en el momento del acondicionamiento indicado en peso o en volumen, en gramos o mililitros respectivamente. Salvo para los envases que contengan menos de 5 gramos o de 5 mililitros, las muestras gratuitas y las monodosis.

Los productos que se comercializan habitualmente por conjuntos de unidades y para los que no es significativa la indicación del peso o del volumen, no será necesario indicar el contenido, siempre que se mencione en el embalaje el número de unidades.

¿Qué significa el símbolo «e» que acompaña al contenido?

El símbolo «e» es un signo CE (Conformidad Europea) que indica que el envasado se realiza siguiendo un control estadístico de contenido efectivo establecido en el Real Decreto 1801/2008. Este signo no es obligatorio, aun así, muchos productos cosméticos lo incluyen porque dicho control garantiza la veracidad y transparencia en la cantidad de producto que contiene el cosmético.

La lista de ingredientes podrá indicarse únicamente en el embalaje e irá precedida del término «ingredients». Los ingredientes se indicarán en nomenclatura INCI (Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos) y por orden decreciente, para concentraciones menores al 1% podrán mencionarse sin orden después de los que tengan una concentración superior al 1%.

Otros requisitos para el listado de ingredientes son:

Los compuestos perfumantes y aromáticos, así como sus materias primas, se mencionarán con los términos «parfum» o «aroma».

Los nanomateriales deberán estar claramente indicados en la lista de ingredientes y deberán ir seguidos del término «nano» entre paréntesis.

Para los productos cosméticos decorativos comercializados con diferentes matices de colores, podrá mencionarse el conjunto de los colorantes utilizados en la gama, siempre que se añadan las palabras «puede contener» o el símbolo «+/-».

Es la fecha hasta la que un producto cosmético, almacenado en condiciones adecuadas, sigue cumpliendo su función inicial.

La fecha de duración mínima irá precedida del símbolo del reloj de arena, de un tarro abierto o de la expresión «utilícese preferentemente antes de…».

Cuando un producto cosmético tiene una duración mínima superior a 30 meses, no es obligatorio indicar la fecha de duración mínima. Se pondrá el PAO (Period After Opening) que indica el plazo después de la apertura en el que el producto es seguro.

Cabe entenderse que algunos productos podrían no requerir ninguna de estas informaciones bien porque el producto no se deteriorará con el uso normal o por alguna otra cuestión que considere el evaluador del producto que es donde radica esta decisión. Sería el caso, por ejemplo, de algunos aerosoles, porque al estar efectivamente sellados no lo requiriesen, o los perfumes, dado su alto contenido en alcohol que asegura la estabilidad de la fórmula, o productos de un solo uso como podrían ser samplers o muestras.

El número de lote de fabricación permite la identificación del producto cosmético y su trazabilidad (cuándo se ha fabricado, con qué materias primas, en qué equipos…). Se deberá incluir en recipiente y embalaje, cuando esto no fuera posible en la práctica, debido a las reducidas dimensiones de los productos cosméticos, esta mención sólo deberá figurar en el embalaje.

Será obligatorio describir la función del producto cosmético, excepto para aquellos en los que la función sea obvia y comprensible por el consumidor medio por la propia apariencia del producto.

La información anteriormente mencionada deberá figurar tanto en el recipiente como en el embalaje. Aun así, cuando sea imposible por razones prácticas indicar en una etiqueta la lista de ingredientes y las precauciones particulares de empleo, dicha información se indicará en un prospecto, una etiqueta, una banda, un marbete o una tarjeta adjuntos o unidos.

La disponibilidad de esta información adicional se indicará mediante el símbolo de la mano y el libro.

En Europa, todas las empresas están obligadas legalmente a recuperar y reciclar los embalajes de los productos que ponen en el mercado.

En cuanto a la forma de hacer frente a estas obligaciones, la Ley posibilita que se haga de manera individual o mediante sistemas colectivos.

En España, Ecoembes y Ecovidrio son las entidades sin ánimo de lucro constituidas para hacer posible que los envases domésticos tengan una segunda vida. El símbolo de “punto verde” indica que el fabricante está cumpliendo con la legislación vigente.

Es un símbolo voluntario que, si aparece sin ningún indicativo adicional significa que el producto está hecho con materiales que pueden ser reciclables. Si en su interior aparece un número con un porcentaje, esa información indica la cantidad de material reciclado que contiene el envase.

 Este símbolo voluntario nos anima a deshacernos de los residuos de la forma adecuada y a ser responsables con el medio ambiente.

Estos símbolos indican los materiales con los que ha sido fabricado el plástico del envase: PET o PETE (Polietileno terftalato), HDPE (Polietileno de alta densidad), LDPE (Polietileno de baja densidad), PP (Polipropileno), PS (poliestireno) así como ALU (aluminio) o FOR (madera o corcho). Es un marcado voluntario en España, pero si se realiza debe ser bajo los criterios de la Decisión 97/129/EC.

El Factor de Protección Solar (SPF por sus siglas en inglés) es una indicación de la cantidad de protección que proporciona el producto frente a las quemaduras solares, producidas principalmente por los rayos UVB. A mayor SPF mayor será la protección.

La presencia del símbolo UVA nos asegura que el producto también protege de este tipo de radiación. Los rayos UVA juegan un papel mínimo en las quemaduras solares, sus efectos no son visibles inmediatamente, aun así, penetran en las capas internas de la piel dañando las células con efectos que pueden manifestarse en el largo plazo.

Tanto los rayos UVA como los rayos UVB se consideran factores de riesgo que pueden provocar cáncer.